DIEZ AÑOS DESPUES…
“En ocasiones, nos sentimos prisioneros de una circunstancia que no buscamos…si no que nos buscó…”…
Así nos presentaba su historia Mario, protagonista de “Entre dos vidas”, y así arrancaba el primer espectáculo de la compañía EnClave.
Nunca imaginaron J. Miguel Castro y Cristina Rguez., los pensadores de esta novela musical coreografiada, que lo que en aquel verano de 2008 empezó siendo nada más que una intención, producto de la carrera profesional y la experiencia como percusionista de J. Miguel y de la gran afición y el amor por la danza de Cristina, llegaría a convertirse en un espectáculo que llenase el patio de butacas del Teatro Rosalía de Castro en A Coruña la mañana del 27 de Noviembre, un día como hoy hace nada menos que 10 años. Y todo, gracias a la confianza depositada por la Orquesta Sinfónica de Galicia, con la oportunidad que nos brindó a través de su ciclo de Conciertos Didácticos.
El proyecto nació de una idea (“…recuerdo un día lluvioso…”), y de las ganas de compartirla y trabajar junto a un pequeño y selecto grupo de amigos.
Una historia rondaba la cabeza y las ganas de ser contada desde hacía tiempo, y así, llegó la adaptación de la novela “Entre dos mujeres” de Paul Guimard, llevada al cine por el director Mark Rydell en la película con el mismo título, para poder ser representada en esta ocasión a lo largo de ocho escenas de no más de una hora total de duración por tres personajes que, a través de la danza, desarrollan la trama. Como el reto no bastaba, queríamos, además, que la música en directo sobre el mismo escenario donde acontecía todo completase el argumento, apostando por la inteligencia sensitiva y emocional del espectador, convertido en cómplice.
El primero en incorporarse a la locura sin pensarlo ni dudar, fue Mateo Arnaiz, incuestionable Maestro de la guitarra clásica y apuesta segura y necesaria para J. Miguel en el vibráfono. Un dúo de músicos con una simbiosis elemental para dotar de ambiente y servir de contexto y ritmo a nuestra historia. Mateo fue artífice de la selección del repertorio musical, convirtiéndose desde entonces y hasta hoy, en parte indisoluble de EnClave.
Faltaban los personajes centrales. Para el triángulo formado por los protagonistas, Cristina Rguez. abusó de la confianza y la amistad, convencida que habían imaginado la manera de moverse pensando precisamente en ellos, y así fue como Carlos Nuñez se convirtió en el seductor Mario (“…mi nombre es Mario, y esta es mi historia…”) y Carla de Andrés, en la irresistible Julia (“…su pelo revuelto, su sonrisa eterna…”). Los dos, bailarines y profesores de bailarines con años de experiencia a sus espaldas, hicieron posible la encarnación de la propia Cristina como la irreductible Helena (“…aunque ella es el pasado…”), con lo que teníamos completo el reparto sobre el escenario.
No sólo se convirtió en el Mario que siempre imaginamos, sino que además, Carlos Nuñez afrontó el reto de dotar de personalidad a los tres personajes, coreografiando cada uno de sus movimientos en sincronía con cada acorde. Los protagonistas ganaron en identidad e intensidad gracias al enorme y magnífico trabajo de creación y dirección de Carlos, nuestro Mario. Siempre estaremos en deuda con tu paciencia y tu generosidad.
Sobre la marcha aprendimos y comprendimos muchas cosas, como sucede con la mayoría de las historias alguna vez soñadas…por ejemplo, que íbamos a necesitar “oír” a Mario para que fuese él en primera persona quien nos hace partícipes de su dilema y sin saberlo, de su destino…”cuando el destino es quien decide…”.
Sabíamos exactamente cómo queríamos que sonase la mente de Mario sin irrumpir en sus movimientos, así que fuimos en busca de la voz profunda y sincera de nuestro amigo y colega de profesión artística Alejandro Avila, lo que nos brindó la oportunidad de tardes creativas en su compañía. Ya para siempre escuchar a Alex es añorar a Mario, y por eso, y para siempre, te estaremos agradecidos por ese gran regalo desinteresado.
Fueron meses y meses de trabajo, ensayos a horas intempestivas, dolores, incertidumbres, desalientos…pero sobre todo, fueron meses de alegrías compartidas, ilusión, crecimiento…de adaptación y superación…meses de vínculos y apegos que se instalaron definitivamente entre nosotros.
Hubo más personas necesarias para poder llegar y hacer posible aquel estreno del sábado 27 de Noviembre del 2010, y que forman ya parte innegable de nuestro sueño…gracias Miguel Paz y Raquel, sin vosotros no se nos habría escuchado ni iluminado tan bien…gracias Carmen, Alba y Vanessa, sin vuestro ojo sabio no tendríamos esas preciosas imágenes grabadas para el recuerdo…gracias Javi, por ese dibujo convertido en logo…y en especial, gracias a nuestras familias y amigos y a todos y cada uno de los que llenasteis el Teatro Rosalía aquella mañana con vuestro calor y vuestros aplausos…sin duda, el sueño se hizo realidad también gracias a todos vosotros.
Hay historias que nacen para ser contadas y repetidas de generación en generación…y otras, para ser escuchadas tan sólo una vez…quizá, ese destino caprichoso del que nos habla Mario sea quien decida si la nuestra, deba volver o no a ser puesta en escena…pero de lo que estamos seguros, es de que mereció la pena…